En mi primer blog, diario de una sepia espacial, no podía poner todo lo que quería, así que decidí hacer este para hablar de todo lo que quiero. Plantas, animales, astronomía, arte, literatura...
Espero que os guste.

viernes, 7 de junio de 2013

Puente de Tacoma Narrows

Lo que os traigo aquí es un suceso que ocurrió el siglo pasado, gracias (o desgracias) al cual la resonancia comenzó a tenerse en cuenta en la arquitectura.




El puente de Tacoma Narrows fue construido en julio de 1940, y fue en esa época el tercer puente más largo del mundo, con 1600 metros de longitud. Pero tan sólo cuatro meses después, éste se derrumbó tras una racha de viento de 67 km/h, lo que no es demasiado fuerte, ya que el puente estaba preparado para resistir vientos de hasta 200 km/h.
El puente estaba construido con vigas de acero de 2’4 metros de espesor por debajo de la calzada de hormigón. En un principio las vigas iban a ser de 7’6 metros, pero al elegir las más delgadas, que también eran más esbeltas, abarataban la construcción. Pero esta construcción no dejaba pasar el viento a través de la estructura, sino que lo redirigía por arriba y por abajo.  El viento dividido producía unos remolinos llamados vórtices que empujaban al puente por encima y por debajo y lo hacían balancearse (en la imagen vemos esos vórtices).
Esto hacía que se creasen vibraciones de resonancia cuando la fuerza externa (la del viento) era sinusoidal y su frecuencia coincidía con la frecuencia de oscilación del puente, produciendo así un movimiento armónico forzado.


La resonancia del puente era de tipo longitudinal, lo que hacía que la carretera se elevase en un lado mientras descendía en otro, manteniendo el eje central quieto. Un humorista le puso por eso el apodo de “Galloping Gertie”. Pero a pesar de estas deformaciones no pensaban que el puente se fuese a derrumbar, debido a la resistencia de su estructura. Y la resonancia no fue la causa de su derrumbamiento, sino que fue a causa de una vibración producida por el fenómeno llamado flameo aeroelástico, que se origina cuando la torsión aumenta el ángulo entre el viento y el puente hasta el punto en que se pierde la sustentación, es decir, la amplitud de la oscilación aumentaba tras cada ciclo hasta que los cables de suspensión no resistieron, y el puente se derrumbó y cayó al agua.

Antes del derrumbamiento del puente, ya se habían producido otras vibraciones, aunque no con tanta fuerza. Ante esto, la gente no se asustaba, sino que se divertía saltando en los bordes del puente. El día en el que finalmente se cayó, los científicos hacían experimentos caminando por el centro del puente para demostrar que este no se movía, sin sospechare que pudiese ser grave. Por suerte, no murió ninguna persona, aunque sí un perro que quedó encerrado en un coche del que su dueño tuvo que salir al no poder avanzar `por la carretera.

Aquí tenéis un vídeo en el que podéis ver el puente de Tacoma Narrows en sus últimos minutos de vida... (no puedo subirlo porque no es de youtube):  http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Tacoma_Narrows_Bridge_destruction.ogg

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